La tecnología es simple: las gafas tienen una pegatina transparente en sus lentes que permite a su propietario ver todo en un radio de unos pocos metros para que no se caiga o no choque con un obstáculo. Pero más allá de esta distancia todo pasa a ser borroso, incluidas las mujeres con amplios escotes.
Cabe mencionar que no es la primera medida que toman los judíos ortodoxos de Mea Sharim para aproximarse lo más posible a una vida piadosa y sin 'distracciones' mundanas. Los dos sexos ya están segregados en los autobuses, aceras y muchos otros lugares públicos del barrio.
Los muros de las casas están adornados con carteles que instan a las mujeres a llevar blusas cerradas y faldas largas. Esta comunidad está segura de que mujeres y hombres no deben tener ningún contacto si no están casados.
Para quienes se ven obligados a viajar fuera de la ciudad, especialmente en aviones y otros medios de transporte públicos en los que podrían estar sentados al lado de cualquier persona, también se ofrecen capuchas y escudos que bloquean la visión periférica.