La atleta de ciudadanía estadounidense y saudí Sarah Attar, de 19 años, entrenó para los juegos en EE.UU., pero decidió competir representado a Arabia Saudita. A pesar de que quedó última en las eliminatorias de los 800 metros, los aficionados la aplaudieron como si de una auténtica ganadora se tratase.
Por su parte, la judoca saudí Wojdan Shaherkani, de 16 años, tampoco logró colgarse ninguna medalla. Sin embargo, el pasado 3 de agosto hizo historia al convertirse en la primera mujer saudí que debutaba en unas olimpiadas.
La participación de estas dos jóvenes ha sido considerada clave en la lucha por la igualdad de sexos a nivel global y un paso más hacia el objetivo del Comité Olímpico Internacional (COI) de una participación del 50% de deportistas de ambos sexos.
En Arabia Saudita, sin embargo, muchos han rechazado la participación de Attar y Shaherkhani en el evento. El anuncio del COI de enviar dos deportistas femeninas a los juegos de Londres, despertó sentimientos encontrados en ese país.
Por un lado, muchos lo consideraron como un paso hacia la igualdad de derechos para las mujeres en el Estado árabe. Por otro, los más críticos declararon que su participación era una falta de respeto hacia las tradiciones del país.
Un usuario saudita de Twitter respondió al anuncio con la creación de una polémica etiqueta que las describía como las “prostitutas de las olimpiadas”.
A pesar de las reacciones negativas, la participación de estas dos chicas podría allanar el camino para otras atletas no sólo en Arabia Saudita, donde a millones de mujeres y niñas se les prohíbe la práctica de deportes, sino también en otros países como Qatar y Brunéi, que también enviaron a atletas femeninas a unos Juegos por primera vez en su historia.
"Es un gran honor estar aquí y representar a las mujeres de Arabia Saudita", afirmó Attar después de la competición.
"Es un momento histórico. Espero que marque la diferencia. Es un gran paso hacia adelante. Es realmente una experiencia increíble", agregó.