En 1974 Kailash decidió seguir los consejos de un sacerdote que le aseguró que si dejaba de lavarse, afeitarse y cortarse el pelo sería recompensado con un hijo varón, según informa la agencia Barcroft. A día de hoy, a sus 66 años y padre de siete hijas, continúa esperando que se obre el milagro.
Cada mañana, Kailash recibe el día dándose un 'baño de humo' fumando marihuana, mientras reza al dios hindú Shiva y espera, paciente, el premio a su largo sacrificio.
Hasta ahora, los múltiples intentos de su familia por hacer que se reconcilie con el esencial elemento han resultado infructuosos: "Antes muerto que volver a bañarme”, responde siempre el gurú. “Solo la llegada de un niño me haría cambiar de parecer”, asevera.