Sociedad
Tener empleo: lo máximo a lo que se puede aspirar del 'sueño americano'
Estados Unidos ya no es la tierra de las oportunidades. Ahora no todos los estadounidenses nacidos en familias con bajos ingresos pueden aspirar a convertirse en alguien con éxito y dinero apoyándose en su capacidad de trabajo y su esfuerzo.
La polarización de la sociedad estadounidense pone en duda los mecanismos de movilidad social y cada vez ofrece menos oportunidades para las personas de clase media.
De acuerdo con un informe elaborado en 2010 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Alemania, Canadá, Australia y los países escandinavos tienen mayor movilidad social que Estados Unidos. “Cada uno de esos países se centraron en el objetivo de darle a la gente las máximas oportunidades. Una educación y una sanidad generalmente accesibles y gratuitas. Lo mismo con el cuidado de niños. Y al sumarse estos requisitos, la gente dispone de mejores oportunidades para desarrollar su carrera”, explica Richard Wolff, el autor del libro Ocupar la economía.
La desigualdad económica entre las clases sociales está aumentando y el destino de los ciudadanos estadounidenses está cada vez más marcado por su cuenta corriente y no por su capacidad de innovación o su brillantez. El economista estadounidense Daniel Wagner afirma: “Ahora hemos llegado a un punto en el que la clase media se está reduciendo en tamaño y lo que está creciendo son las diferencias entre las personas que viven el sueño americano y la gente que nunca lo conseguirá".
Para muchos analistas los derechos sociales son los que más perjudicados están resultando. Según Les Leopold, autor del libro El saqueo de América, el 'ascensor' para las personas de clase baja fueron los sindicatos y una vez que Estados Unidos entró en guerra contra ellos, se bloquearon los caminos para que la gente con bajos ingresos consiguiera trabajos decentes. Es cierto que durante las últimas décadas el número de sindicatos de Estados Unidos ha disminuido y aquellos que siguen en pie están siendo despojados de los derechos de negociación y de los beneficios existentes.
Más del 50% de los graduados universitarios estadounidenses más recientes están desempleados o trabajan en puestos de baja remuneración. En estas condiciones, las perspectivas de futuro son muy pesimistas para la clase media. El sueño americano ahora parece consistir en no perder el empleo.
De acuerdo con un informe elaborado en 2010 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Alemania, Canadá, Australia y los países escandinavos tienen mayor movilidad social que Estados Unidos. “Cada uno de esos países se centraron en el objetivo de darle a la gente las máximas oportunidades. Una educación y una sanidad generalmente accesibles y gratuitas. Lo mismo con el cuidado de niños. Y al sumarse estos requisitos, la gente dispone de mejores oportunidades para desarrollar su carrera”, explica Richard Wolff, el autor del libro Ocupar la economía.
La desigualdad económica entre las clases sociales está aumentando y el destino de los ciudadanos estadounidenses está cada vez más marcado por su cuenta corriente y no por su capacidad de innovación o su brillantez. El economista estadounidense Daniel Wagner afirma: “Ahora hemos llegado a un punto en el que la clase media se está reduciendo en tamaño y lo que está creciendo son las diferencias entre las personas que viven el sueño americano y la gente que nunca lo conseguirá".
Para muchos analistas los derechos sociales son los que más perjudicados están resultando. Según Les Leopold, autor del libro El saqueo de América, el 'ascensor' para las personas de clase baja fueron los sindicatos y una vez que Estados Unidos entró en guerra contra ellos, se bloquearon los caminos para que la gente con bajos ingresos consiguiera trabajos decentes. Es cierto que durante las últimas décadas el número de sindicatos de Estados Unidos ha disminuido y aquellos que siguen en pie están siendo despojados de los derechos de negociación y de los beneficios existentes.
Más del 50% de los graduados universitarios estadounidenses más recientes están desempleados o trabajan en puestos de baja remuneración. En estas condiciones, las perspectivas de futuro son muy pesimistas para la clase media. El sueño americano ahora parece consistir en no perder el empleo.
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