Uno de los puntos críticos se encuentra en la provincia de Misiones, la norteña región argentina más rica en fauna silvestre, con unos 25 parques naturales, surcada por varias rutas nacionales muy transitadas que conectan con las Cataratas de Iguazú.
Para evitar que los animales mueran atropellados en esta zona, los expertos trabajan en la creación de 'corredores biológicos' especiales: un área segura de conexión entre parques.
El recurso más utilizado es el 'pasafauna': un túnel que pasa por debajo del asfalto. Argentina comenzó a utilizarlos en 1994, pero está previsto que ese número se triplique. Otra alternativa con la que cuentan los ambientalistas se conoce como un 'ecoducto', un puente que se alza sobre la ruta y que permite un cruce seguro.
Más allá de la infraestructura, los especialistas coinciden en que una forma para reducir las muertes de animales en carretera es la concienón de la población sobre la necesidad de reducir la velocidad cuando atraviesan zonas de riesgo.
El enorme ruido generado por este tema en la sociedad argentina se debe al reciente atropello de un jaguar, lo que generó una gran movilización por parte de las ONG ambientalistas. En el país sudamericano apenas quedan unos 250 ejemplares de este felino, que aquí es conocido por su nombre en guaraní: yaguareté.