Las disculpas no alivian a las víctimas deformadas en 1958 por un fármaco alemán
Todo empezó el viernes en Stolberg, cuando la farmacéutica alemana 'Grünenthal' inauguró un monumento a los afectados por la talidomida, un fármaco que empezó a comercializarse en 1958 como calmante de náuseas durante los tres primeros meses de embarazo y que hizo que muchos bebés nacieran con los brazos y las piernas más cortos y deformados.
Víctimas de la talidomida se oponen al monumento en su honor inaugurado
este sábado en Stolberg, que califican de insulto (foto: AFP / Henning Kaiser)
Harald Stock, el Ejecutivo de ‘Grünenthal’, se disculpó en la inauguración del monumento a título de la farmacéutica y dijo que la compañía lamenta sinceramente que no se detectara a tiempo el potencial del fármaco para provocar malformaciones fetales.
Por su parte, Freddie Astbury, presidente del grupo Talidomida en Reino Unido, que nació en 1959 con malformaciones en los brazos y piernas, escribió en la página web del grupo que las disculpas son "demasiado poco" y llegan "demasiado tarde".
Freddie Astbury
(foto: Flickr / Duckwailk)
Aunque Stock explicó que hace 50 años habían "actuado de acuerdo con los conocimientos científicos y todos los estándares de la industria para probar nuevos medicamentos". Sin embargo, Astbury considera que no sirve de nada pedir disculpas si no van a abrir el debate sobre la indemnización.
Se estima que más de 10.000 niños en todo el mundo resultaron afectados
por la talidomida. Cerca de 6.000 pacientes siguen vivos mientras que
más de 7.000 murieron en la infancia. Recientemente muchos de los
afectados han comenzado a recibir indemnizaciones por los efectos del medicamento.
Mientras algunos niños cuyas madres tomaron el medicamento nacieron con uno o más miembros afectados, otros sufrieron problemas cardíacos, auditivos o visuales y, en algunos casos, daños cerebrales. El medicamento alemán fue retirado de la venta mundial a finales de 1961.
En la actualidad, la talidomida se vuelve a utilizar en algunos países con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) porque se ha comprobado su eficacia en enfermedades como la lepra.
Una de las víctimas de la talidomida