Serguéi, el dueño de Chack, dice que este perro pastor alemán aprendió rápidamente las tecnologías de búsqueda de explosivos y detección de amenazas en el metro, por lo que fue enviado a trabajar a la estación Borovitskaya. Así, a lo largo de ocho años el perro detuvo a personas sospechosas y buscó objetos peligrosos.
“Todos los perros que sirven en el metro de Moscú se jubilan al pasar 8 años. Es un trabajo difícil: por el ruido constante, los olores, el estrés. Así que después de este período, todos los perros se jubilan”, expresó en un comunicado Vasiliy Tebenko, el adiestrador de perros principal del metro moscovita.
Lo mismo pasó con Chack. Además, su amo también se retiró y se lo llevó a su casa. Sin embargo, un día el can huyó con rumbo desconocido. Serguéi junto con sus familiares y conocidos se lanzó a la búsqueda del perro, pero no pudieron encontrarlo.
“Cuando ya perdimos la esperanza de encontrarle, recibí una llamada desde la estación de metro. Llamaron mis colegas para decirme que el perro estaba allí”, recuerda Serguéi. Según explica, Chack siempre ha sido un perro muy trabajador y fiel, que pasó la mayor parte de su vida en el metro, por lo que se acostumbró a ese ambiente.
Los intentos de llevarlo a casa fracasaron. Ahora el can vive en su lugar preferido y sigue siendo el guardián del orden, aunque debido a su avanzada edad no puede trabajar mucho.