Mientras que cada europeo produce unas seis toneladas de basura al año, cada ciudadano sueco produce alrededor de media tonelada en ese mismo período.
Además, el reciclaje ya es una práctica más que común en ese país. De toda la basura que los hogares suecos generan, únicamente el 4% acaba en un vertedero. El resto se recicla o se incinera y acaba reconvirtiéndose en energía como calefacción y electricidad, según el diario digital La Información.
Pese a que el país escandinavo es el “líder global en recuperación de energía a partir de basura”, actualmente tiene que importar unas 800.000 toneladas anuales de residuos del resto del continente.
"Tenemos más capacidad que producción de basura que sea utilizable para su incineración”, señaló recientemente la asesora de la Agencia de Protección Medioambiental de Suecia, Catarina Ostlund, a la emisora Public Radio International.
Noruega es el país que más exporta residuos a su vecino. Sin embargo, Suecia sale beneficiada ya que, además de recibir una compensación económica por hacerlo, generar energía para sus ciudadanos y aprovechar su capacidad de incineración, los restos contaminantes; es decir, metales pesados que sobran tras la incineración, son enviados a Noruega.
De acuerdo con el sitio web www.aneki.com, Suecia es, junto con Suiza, Austria, Alemania, los Países Bajos y Noruega, uno de los países que cuenta con el índice de reciclaje más elevado a nivel global.