Para cumplir su plan, Boy Scouts America tendrá que revisar los archivos confidenciales que se han guardado desde los años cincuenta hasta nuestros días. Se trata de unos 5.000 casos de presunta violencia contra los niños por parte de empleados o voluntarios de la organización.
Hace una semana, el diario Los Angeles Times publicó los resultados de su propia investigación, según la cual en el período entre 1970 y 1991, los oficiales de la organización juvenil escondieron a la Policía los supuestos casos de pedofilia en sus filas, prefiriendo simplemente despedir a los delincuentes de manera fraudulenta. Los periodistas obtuvieron esas cifras mediante el análisis de los archivos de los supuestos abusadores de menores publicados en 1992.
De los registros surge que en más de 500 ocasiones, la administración de Boy Scouts tuvo conocimiento de posibles casos de pedofilia a través de denuncias del personal, de los propios menores, de los padres de las víctimas o a través de anónimos. Sin embargo, el 80% de los casos no fue denunciado a la Policía.
La organización juvenil estadounidense a su vez emitió un informe de Janet Warren, psiquiatra de la Universidad de Virginia, que examinó 829 casos de hombres excluidos de la organización entre 1965 y 1985.
Llegó a la conclusión de que el número anual de expulsados de la organización por delitos sexuales fue muy insignificante comparado con el número de todos los despidos. Además, subrayó que no registró casos de pedofilia en el período que estudió. Así, Warren concluyó que la organización hacía todo lo posible para evitar que los pedófilos trabajaran con niños.