Aquel día el predador subió la escalera de una de las casas, pero de repente se encontró con un obstáculo: la dueña de casa.
Lo curioso es que fue el oso el que se quedó pasmado. La mujer no perdió el espíritu y empezó a gritarle al animal. "¡Vete! ¡Ahora! ¡Nooo!", vociferó. Ella fue tan tenaz y ruidosa que al pobre animal no le quedó más remedio que desaparecer.
La vecina de la valiente mujer subió el video a YouTube, donde ya hay una serie de aventuras protagonizadas por este animal.
El amor al dulce muy a menudo lleva a los osos a contactos indeseados con los humanos. Por ejemplo, hace unos meses un oso goloso entró por la noche a una chocolatería de Colorado, EE.UU., y robó varios productos.