Los apicultores de la región de Alto Rin no podían creer lo que veían sus ojos, al descubrir miel multicolor en sus colmenares.
Luego de una investigación, que realizaron los propios dueños de los 20 abejares, descubrieron que los insectos encontraron un residuo pegajoso entre los desechos de una fábrica de dulces.
El residuo provenía de un establecimiento a unos 4 kilómetros de distancia, donde el fabricante de chocolates Mars elabora sus grageas recubiertas, los conocidos M&Ms. Los habitantes de la región descubrieron una multitud de abejas en los contenedores de basura con restos de colorantes para caramelos de color verde, azul y de chocolate.
Los directores de la planta responsable de estos desechos dicen que también se dieron cuenta del problema. Aseguran que han limpiado los contenedores y que los van a poner desde ahora en un recinto cerrado. "Ahora ya hemos puesto estos contenedores bajo techo", aseguró el cogerente de la fábrica, Philippe Meinrad.
De momento queda determinar si la miel está envenenada. Mientras se lleva a cabo el estudio, los expertos recomiendan a los usuarios abstenerse de comer esta miel de colorines.
Los propios apicultores de la zona lo tienen claro: "Para mí esto no es miel. No es vendible", aseguró André Frieh, presidente de los apicultores de Alto Rin.