Los niños no deben dedicar su tiempo libre a preparar los deberes de casa, según considera Brigitte Fontein, profesora del colegio Elsa-Brändström, el primero en poner en práctica este modelo experimental.
Tras una reforma que aumentó hasta 44 las horas lectivas a la semana, los alumnos se quedaron sin tiempo para descansar espués del colegio. “Los niños tienen derecho a jugar”, subraya Cornelia Schiemanowski, jefa de la Unión de Trabajadores de Educación y Ciencia.
Por eso los alumnos de quinto a noveno grado del colegio Elsa-Brändström no tendrán que hacer deberes en casa durante los próximos dos años. A cambio, deberán aprovechar mejor el tiempo que están en el colegio, según la administración. Después, los pedagogos analizarán el efecto del experimento para decidir si es aplicable a nivel nacional o no.
Los alumnos de educación secundaria no podrán participar en la investigación, ya que tienen que prepararse para los exámenes de selectividad.