Sociedad
Cuba lucha contra el machismo
Las cubanas lanzan un desafío al machismo buscando su vocación en las esferas tradicionalmente masculinas y dejando a sus maridos el deber de cuidar a los niños. Sin embargo, los estereotipos provocan rechazo a este intento de romper paradigmas.
RT ha hablado con algunas isleñas que comparten su experiencia.
¿Maternidad o prosperidad? Yanay ha podido con todo. Hace un año, poco después de dar a luz a su hija, volvió al trabajo para no perder las ventajas que tenía en aquel momento. La pequeña quedó al cuidado de su padre.
Yanay de las Torres Pérez comparte sus experiencias: “De hecho, te facilita mucho la vida. Porque no siempre es el hombre quien puede aportar. En una familia es muy importante que los dos, desde que se forma, que somos los dos, estemos luchando para que los hijos salgan adelante y de hecho nosotros mismos. Si en este caso soy yo la que puede aportar más, ¡entonces que se quede con la niña! Que al final él es papá también.”
Damián fue uno de los primeros cubanos en aprovechar la oportunidad de tomar la licencia o permiso de paternidad. Desde que en la isla existe esa posibilidad, solo en varias decenas de hogares los hombres se han hecho cargo de los bebés de forma oficial. Sin embargo, según algunos expertos, esta nueva práctica representa para los isleños un avance significativo en la lucha por la igualdad de género. Y también supone un verdadero desafío para una serie de estereotipos arraigados en la región.
Julio César Gonzáles Pages, profesor de la Universidad de la Habana, coordinador de la red iberoamericana de masculinidades explica: “Yo creo que la sociedad cubana, como muchas de América Latina, es una sociedad machista. Y cuando un hombre trata de asumir una actitud diferente, recibe como un boicot, porque estamos acostumbrados a los hombres con actitud hegemónica. Y cuando vemos que un hombre es solidario, que intenta tener otra forma de ser hombre, lo vemos como una pérdida de esa masculinidad”.
Pero con el tiempo los hombres van cediendo terreno. Hace medio siglo, según la estadística oficial, en Cuba trabajaba tan solo el 10% de las mujeres en edad laboral. Ahora para ellas está abierta la mayoría de las ocupaciones, cuenta Yolanda Ferrer Gómez.
“Si comparamos la situación actual con la que existía en Cuba al triunfo de la revolución, bueno, hay un cambio histórico trascendental. Porque ha cambiado completamente la mentalidad de las personas, han cambiado las concepciones. Las mujeres se han ganado un lugar, yo diría, primordial en toda la marcha de nuestro pueblo, en la construcción de la nueva sociedad venciendo todos los obstáculos”, afirma.
Durante los últimos años las voces femeninas se han hecho oír en los pasillos del poder. Hoy en día las mujeres ocupan el 40% de las butacas del Parlamento y casi una tercera parte de las del gabinete de ministros del país.
La lucha por la igualdad de género en la isla está lejos de terminar. Pero paso a paso, golpe a golpe, escaño a escaño las mujeres se van abriendo camino en el campo profesional. Si las cubanas siguen eliminando obstáculos a este ritmo, puede que pronto la isla vea una auténtica igualdad.
¿Maternidad o prosperidad? Yanay ha podido con todo. Hace un año, poco después de dar a luz a su hija, volvió al trabajo para no perder las ventajas que tenía en aquel momento. La pequeña quedó al cuidado de su padre.
Yanay de las Torres Pérez comparte sus experiencias: “De hecho, te facilita mucho la vida. Porque no siempre es el hombre quien puede aportar. En una familia es muy importante que los dos, desde que se forma, que somos los dos, estemos luchando para que los hijos salgan adelante y de hecho nosotros mismos. Si en este caso soy yo la que puede aportar más, ¡entonces que se quede con la niña! Que al final él es papá también.”
Damián fue uno de los primeros cubanos en aprovechar la oportunidad de tomar la licencia o permiso de paternidad. Desde que en la isla existe esa posibilidad, solo en varias decenas de hogares los hombres se han hecho cargo de los bebés de forma oficial. Sin embargo, según algunos expertos, esta nueva práctica representa para los isleños un avance significativo en la lucha por la igualdad de género. Y también supone un verdadero desafío para una serie de estereotipos arraigados en la región.
Julio César Gonzáles Pages, profesor de la Universidad de la Habana, coordinador de la red iberoamericana de masculinidades explica: “Yo creo que la sociedad cubana, como muchas de América Latina, es una sociedad machista. Y cuando un hombre trata de asumir una actitud diferente, recibe como un boicot, porque estamos acostumbrados a los hombres con actitud hegemónica. Y cuando vemos que un hombre es solidario, que intenta tener otra forma de ser hombre, lo vemos como una pérdida de esa masculinidad”.
Pero con el tiempo los hombres van cediendo terreno. Hace medio siglo, según la estadística oficial, en Cuba trabajaba tan solo el 10% de las mujeres en edad laboral. Ahora para ellas está abierta la mayoría de las ocupaciones, cuenta Yolanda Ferrer Gómez.
“Si comparamos la situación actual con la que existía en Cuba al triunfo de la revolución, bueno, hay un cambio histórico trascendental. Porque ha cambiado completamente la mentalidad de las personas, han cambiado las concepciones. Las mujeres se han ganado un lugar, yo diría, primordial en toda la marcha de nuestro pueblo, en la construcción de la nueva sociedad venciendo todos los obstáculos”, afirma.
Durante los últimos años las voces femeninas se han hecho oír en los pasillos del poder. Hoy en día las mujeres ocupan el 40% de las butacas del Parlamento y casi una tercera parte de las del gabinete de ministros del país.
La lucha por la igualdad de género en la isla está lejos de terminar. Pero paso a paso, golpe a golpe, escaño a escaño las mujeres se van abriendo camino en el campo profesional. Si las cubanas siguen eliminando obstáculos a este ritmo, puede que pronto la isla vea una auténtica igualdad.
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