Una ONG argentina ha logrado frenar el primer aborto despenalizado que iba a practicarse a una mujer de 32 años que fue violada durante su secuestro por una red de trata de personas en Buenos Aires.
La decisión, que fue anunciada por la jueza civil Myriam Rustán de Estrada, dispone que "las autoridades sanitarias provean a la madre del niño de la adecuada asistencia para resguardar su salud e integridad física y psíquica".
La polémica decisión judicial contradice la decisión de la legislatura porteña, que aprobó la pasada semana una ley que despenaliza el aborto en casos de violación o riesgo para la salud de la madre.
Pedro Andereguren, abogado de la ONG Pro-Vida, que forzó la decisión judicial, esgrime que "el derecho a la vida del niño no puede estar sujeto a la decisión de la madre, ya que una cosa es la no punibilidad y otra es que tenga derecho a hacerlo". Asimismo, añade que "no puede pretender paliarse el trauma de la madre con el homicidio del niño", ya que -asegura- "la vida del niño no es menor al dolor de la madre" y "ese niño es persona por nacer”.
El ministro de Sanidad argentino, Juan Manzur, señala que el caso se encuentra fuera de sus competencias. "Acá hay una jueza nacional que se ha sublevado, que es la que ha emitido esta medida, desoyendo lo que establece la Corte Suprema de Justicia vinculada a los casos de aborto no punible. Ni la jurisdicción ni la capacidad de resolver este caso puede invocarse al Gobierno nacional", comentó.
Según las leyes argentinas, los abortos están permitidos solo cuando se trata de "evitar un peligro para la vida o la salud de la madre, y si este peligro no puede ser evitado por otros medios, o si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor" cometido sobre una mujer disminuida psíquica o demente.
Según estadísticas no oficiales, cada año en Argentina se realizan más de 500.000 abortos ilegales. Los partidarios de la legalización de la interrupción del embarazo declaran que, a consecuencia de la prohibición miles de mujeres, sobre todo jóvenes, ponen en riesgo su salud, abortando en condiciones peligrosas.