Un estudio llevado a cabo por la Universidad de California revela que las personas que se sienten poderosas no suelen devolver la sonrisa a la gente importante que pudiera representar una amenaza para su puesto, guardándose sus sonrisas para aquellos que ocupan una posición más baja en la jeraquía.
"Nuestra interpretación es que cuando alguien poderoso ve a una persona de estatus social más bajo, es casi como si le tirara un hueso pensando 'oh, debo sonreír a esta persona, porque soy mejor que ellos'”, comenta el investigador Evan Carr.
El investigador explica que cuanto más baja sea la posición del empleado en el orden jerárquico, más amplía será sonrisa de su jefe. Asimismo, el estudio revela que los individuos peor posicionados en la jerarquía social sonríen a todos, independientemente de su rango.
Para llevar a cabo este estudio, los investigadores pidieron a mujeres y hombres de diferente posición social que vieran unos videos que mostraban a la gente de diferentes rangos que les sonreían o que, por el contrario, les miraban con indiferencia.
Mientras los participantes veían las imágenes, el equipo midió la actividad de su músculo cigomático mayor, el llamado "sonriente muscular" que eleva la comisura de la boca, y del músculo corrugador, que frunce el ceño, lo que les permitió averiguar lo que de verdad está detras de la sonrisa de jefes.