“Poco a poco veía que no podía dormir, estaba con una angustia permanente, tenía que estar tomando ansiolíticos, tenía que estar tomando antidepresivos. La situación cada vez está más negra y el levantarte por las mañanas cuesta trabajo”, relata Gloria García, quien se encuentra en tratamiento psicológico.
Gloria se quedó sin trabajo, sin expectativas. Infravalorada en el mercado laboral, donde a partir, de los 50, dice, quedan pocas opciones.
Para el presidente de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental, Jerónimo Saiz, el desempleo es uno de los factores que más incide sobre la autoestima de las personas y esto predispone a trastornos como la ansiedad, la depresión, el consumo de alcohol y de drogas. “Efectivamente se está viendo un aumento de este tipo de patologías”, señaló Saiz.
Entre el 3 y el 4% del PIB
Una tendencia anunciada ya hace 4 años por la Organización Mundial de la Salud, agravada por los recortes, la falta de dinero público. Las enfermedades mentales suponen entre el 3 y el 4% del PIB.“Estamos en una situación un poco difícil de resolver porque hoy en día la asistencia psicológica, psiquiátrica, es más importante que nunca para tratar los trastornos, especialmente incisivos en personas vulnerables”, aclara el psicólogo clínico Isidro Pérez.
Los especialistas aseguran que cualquier circunstancia estresante puede recrudecer una patología de una enfermedad mental, un mal que en España sufren más de un millón de personas. Los recortes del Gobierno de Mariano Rajoy en el sistema sanitario han desencadenado una situación insostenible, según las asociaciones de pacientes y familiares.
Ahora en un contexto de crisis los enfermos estigmatizados corren el riesgo de caer en el olvido si las organizaciones que les brindan ayuda se ven abocadas al cierre por falta de fondos.