El diagnostico de Gandalf es agorafobia. Los propietarios del parque conocieron sobre su fobia cuando trataron de llevarle de la casita, donde el ave vivía temporalmente, a una jaula abierta. La lechuza categóricamente rechazó la mudanza.
Desde este momento Gandalf recibió 'en propiedad' esa pequeña casa de ladrillo rojo, y los empleados del parque decidieron dejarlo allí. Su pasatiempo preferido es observar a través de la ventana cómo caminan y juguetean otros pájaros, animales y la gente en el parque.
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El fotógrafo que captó la imagen de Gandalf confesó que primeramente tras ver un rostro velludo en la ventana se asustó, pero después de confirmar que era una lechuza se quedó pasmado.
“Generalmente, cada día no tienes la posibilidad de ver una lechuza a través de una ventana. Ella tenía un aspecto fantasmal”, comentó el fotógrafo Mark Bridger.