Con el paso del tiempo cambia de forma y cada vez es más común y grave en su versión cibernética, que llega a causar no solo abandono escolar, sino hasta suicidio.
La madre de Romina, Eliana Giovanaz Cavin, recuerda cómo con solo diez años su hija tuvo que enfrentarse al fenómeno creciente del cyberbullying’ (‘ciberacoso’). Aunque el acoso escolar no es nuevo, los especialistas coinciden en que la aparición de las redes sociales ha estimulado su nueva y particular forma.
Para Romina, el conflicto comenzó cuando una compañera de colegio lanzó un grupo en Facebook con luna consigna que exponía razones para odiarla. “Ella a partir de ahí no dormía. Lo único que hacía era entrar a Facebook para ver qué pasaba, quién se unía, quién no”, cuenta su madre.
El acoso llevó a una intervención estatal para eliminar el contenido de la página aunque esta nunca fue deshabilitada por el proveedor y mantiene su agraviante título: “Tres razones para odiar a Romina Perrone”.
Aunque en Latinoamérica no hay muchas estadísticas oficiales, según los datos de la Unesco, más del 50% de los adolescentes en educación primaria declara haber sido víctima de acoso escolar. La peor estadística es la que pone al suicidio como primera causa de muerte entre adolescentes y al ‘bullying‘ como el motivo más frecuente de estos suicidios. La falta de control sobre un medio tan amplio como Internet agrava el problema.
Flavia Sinigagliesi, psiquiatra infantil, recalca: “Antes uno se peleaba con el otro y pasaban días hasta que alguien se enteraba. Ahora es masivo e inmediato. Además no se enteran solo tus amigos sino todo el mundo. Por eso el niño está más expuesto a provocaciones”.
A veces, sin embargo, Internet puede ser para algunos chicos que sufren este problema una vía de escape. En Estados Unidos, las estadísticas son más que alarmantes. Allí, según los datos oficiales, unos 160.000 estudiantes por día faltan al colegio por temor a ser hostigados.
‘Hackear’ cuentas de mail o redes sociales de un compañero, hostigarlo a través de cuentas falsas o grupos creados especialmente en su contra o la publicación de fotos y contenidos insultantes, son solo algunas de las formas que se multiplican día a día en la Red, a veces quebrando personalidades que no pueden resistirlo.