“La Iglesia se siente avergonzada”, dijo Pell, según la agencia Reuters. “No estamos interesados en negar la existencia de ese tipo de conductas en la Iglesia Católica, pero sí objetamos ser descritos como el único vagón del tren", agregó.
Aclaró también que hay una persistente campaña de prensa contra la Iglesia Católica australiana en ese tema, y recalcó que esa institución no es la principal culpable de los abusos.
Este lunes, la primera ministra australiana, Julia Gillard, anunció la creación de una Comisión Real para investigar los abusos cometidos contra niños durante varias décadas, y que estudiará los casos relacionados con la Iglesia Católica, orfanatos y escuelas.
Los objetivos principales de la investigación serán organizaciones religiosas e instituciones estatales cuya actividad está relacionada con los menores, incluyendo a centros educativos, ya que las denuncias de abusos sexuales a niños afectan a miembros de estas instituciones.
Esta Comisión espera dar respuestas a las denuncias de abusos sexuales después de que estallaran varios escándalos en los estados de Nueva Gales del sur y Vitoria, donde se acusa a la jerarquía católica de encubrir cientos de casos.
Al igual que en Australia, la Iglesia Católica se ha visto implicada en escándalos de pederastia en países como EE.UU., Irlanda, Bélgica y Alemania.