De acuerdo con las autoridades, la presencia en la plaza principal de la ciudad de un árbol de Navidad, que es un símbolo tradicional cristiano, puede herir los sentimientos de los fieles de otras confesiones religiosas, empezando por los musulmanes, que son un 25% de la población de la capital belga.
En lugar del árbol navideño tradicional, en la plaza mayor de Bruselas se instalará una escultura luminosa: una construcción de 25 metros de altura, que por la noche va a presentar un espectáculo grandioso que cambiará cada 10 minutos, según medios europeos. Por el día, se podrá subir al árbol artificial para disfrutar de las vistas de la ciudad.
La medida, que fue anunciada el pasado 7 de noviembre, indignó a la población cristiana de Bruselas. Están dispuestos a protestar por la decisión de las autoridades y, mientras tanto, el 8 de diciembre van a salir a la plaza mayor de la ciudad con sus propios árboles de Navidad para expresar su rechazo a esta medida.