La grabación es la reconstrucción policial del crimen y nunca hubiera visto la luz de no ser por Alyssa Leverton, que eligió para su proyecto de séptimo curso en la escuela el asesinato del presidente y las numerosas teorías de la conspiración que lo rodean.
La joven dedicó tanto tiempo y esfuerzos a su trabajo que el director del colegio lo mencionó en una conversación con sus amigos, la pareja Jan y Bobby Lemons. ¡Y cuál no fue su sorpresa cuando sus amigos sacaron de sus archivos, guardados en cajas en la cocida, un viejo vídeo de 8 mm rodado en 1964, pocos meses después del magnicidio!
"Nunca pensé que nadie pudiera estar interesado en él", dijo Bobby Lemons.
Aquel día, al llegar a la atestada carretera Dealey Plaza, se encontraron con agentes federales que realizaban una reconstrucción del asesinato.
Sin pensárselo dos veces, Bobby Lemons sacó su cámara y comenzó a filmar, entre otras cosas a un agente que se hacía pasar por Kennedy, que presentaba marcas en su cuerpo que mostraban dónde impactaron los disparos.
Hasta que no le mostraron el vídeo a su amigo, la pareja creía que lo que tenían era de poca enjundia. Entonces la grabación le fue mostrada a la joven entusiasta y después entregada al museo dedicado a la memoria del presidente Kennedy, ubicado en el sexto piso del antiguo archivo de libros en Dallas, desde el cual —según se cree—
fueron efectuados los disparos mortales (el así llamado Museo del Sexto Piso).
Es el único vídeo en color conocido sobre la investigación.
Muchas circunstancias del fallecimiento de Kennedy aún siguen en la sombra. De hecho, se pone en tela de juicio tanto la cantidad de disparos efectuados (varios testimonios afirman que fueron más de dos) como la misma personalidad del asesino y los motivos del crimen. Según la versión oficial el autor del magnicidio fue Lee Harvey Oswald, que murió en una comisaría policial dos días después del fallecimiento de Kennedy.