Una anciana rusa, momificada en su propia casa

Una moscovita de 86 años se convirtió en una momia después de morir en el apartamento en el que vivía en la capital rusa. La hija de la anciana decidió no enterrarla al darse cuenta de que su cuerpo no se descomponía.
Anna murió el 4 de julio de este año. Según las palabras de su hija Larisa, de 65 años, aquel día de repente se desplomó sobre el suelo de su habitación, probablemente a causa de un infarto.

Larisa cubrió a Anna con mantas y empezó a observar las condiciones en las que se encontraba el cuerpo. Pese a que la mujer estaba muerta, el cadáver no mostraba señales de descomposición ni desprendía un olor desagradable. Su piel se oscureció ligeramente y el cuerpo se encogió, como si se hubiera convertido en una momia.

“Probablemente, ocurrió porque hace años mi madre y yo tomamos shilajit en grandes cantidades”, comentó la hija de la fallecida. El shilajit es una sustancia de composición y apariencia muy variada que se halla en las montañas de Cáucaso, Altái y Tíbet, y supuestamente tiene propiedades curativas y de conservación. Según Larisa, ingirieron mucho más de lo recomendable de este producto.

La mujer añadió que incluso si hubiera deseado hacerlo, no podría haber enterrado a su madre de manera convencional, ya que no tiene dinero para pagar un funeral. No obstante, la Policía se personó en la casa de las dos mujeres y trasladó el cadáver a la morgue.