Aunque el animal creció y se convirtió en una bestia de unos 150 kilos de peso, los dos ´amigos´ siguen abrazándose, jugando, peleando ´en broma´ e incluso durmiendo juntos todos los días.
A veces sus juegos acaban mal. El tigre, que ya tiene cuatro años, se pone agresivo, araña o muerde a su dueño. "Una vez por poco me saca un ojo", confiesa Abdullah.
Sin embargo, 'el niñero' afirma que no le tiene miedo a Mulan, y que va a cuidarle pase lo que pase.