Luo Baogen, un criador chino de patos, de 67 años de edad, y su mujer, de 65, han sido los únicos habitantes del edificio de cinco plantas hasta este fin de semana. Un motivo financiero los obligó a quederase en la casa que un día se vio situada en el centro de una carretera .
Al contrario que el resto de sus vecinos, consideraron que la indemnización que les ofrecían las autoridades locales al empezar la construcción de la ruta (unos 41.000 dólares estadounidenses) no era suficiente. En su época, su piso les costó unos 96.000 dólares.
Resistieron hasta el final pero finalmente aceptaron la oferta, según el diario británico 'Daily Mail'. Este fin de semana las máquinas demoledoras derribaron el edificio. Según el alcalde local, Chen Xuecai, el matrimonio decidió abandonar su lucha, ya que estaba muy cansado de toda esta historia y de las visitas diarias de decenas de periodistas.