Estos animales fueron elegidos de una lista de perros rescatados por la SPCA (Sociedad para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales, por sus siglas en inglés) para demostrar a todo el mundo la inteligencia canina.
Primero los perros tuvieron que aprender las órdenes para mover el volante y operar los frenos y la caja de cambios, y después de practicar dos semanas en un coche simulador, los animales intentaron conducir un auto real bajo la atenta mirada de sus entrenadores.
El coche fue modificado para su comodidad: los ingenieros incluyeron unos pedales más largos para que los animales pudieran alcanzarlos con sus patas.