“No nos hagamos ilusiones, nadie se salva de esta crisis, en todas partes del planeta existe peligro. Lo anómalo se está convirtiendo en una norma nueva. Es un desafío existencial para toda la especie humana, para nuestro modo de vida y para nuestros planes de futuro”, ha declarado Ban Ki-moon durante la inauguración el 4 de diciembre de la ronda de las negociaciones de primer nivel de la XVIII Cumbre sobre el Cambio Climático de la ONU en la capital de Qatar, Doha.
Esta última parte de las conversaciones de la conferencia, que comenzó el pasado 26 de noviembre reuniendo a los equipos negociadores de 194 países, debe finalizar el viernes con la firma de un nuevo acuerdo internacional. El documento tendrá que estipular la asistencia financiera a los países en desarrollo particularmente vulnerables al cambio climático y decidir el futuro del Protocolo de Kioto, que expira el 31 de diciembre.
Ban Ki-moon instó a los delegados a que “trabajen con un espíritu de compromiso”. Insistió en que el mundo cuenta con los recursos financieros y la tecnología necesarios para hacer frente a esta crisis. “No actuar ahora será mucho más caro”, subrayó.
Sin embargo, los ecologistas predicen un fracaso de la cumbre de Doha. "Hay un desfase cada vez mayor entre lo que indica la ciencia para no sobrepasar 1,5 grados centígrados de aumento de temperatura y las negociaciones internacionales. Ni siquiera parece que se vayan a alcanzar los desastrosos resultados de la Cumbre de Durban del año pasado”, advierte la organización Ecologistas en Acción a través de un comunicado.