Hay muchas escenas y datos difíciles de borrar de la memoria de sus habitantes como, por ejemplo, el segundo lugar en la lista de países con el mayor número de homicidios por año o las interminables confrontaciones de las pandillas en los informativos.
Sin embargo, poco a poco esta percepción se va remplazando por el concepto de una nación que ha dejado atrás los malos tiempos. El ministro de Turismo de este país centroamericano, José Napoleón Duarte, asegura que cada vez hay más seguridad.
El fin del ciclo maya y el inicio de la nueva era se convirtieron en un gran atractivo turístico para la gente que llega a El Salvador. Los más supersticiosos creen que estando más cerca de los lugares sagrados de esta civilización podrán protegerse de las posibles consecuencias catastróficas.
“No puedo decirle si termina el mundo, mejor venga y experiméntelo”, dice el director comercial de una compañía turística. El Salvador tiene mucho que ofrecer en este sentido, sus monumentos son una carta ventajosa para aquellos que apuestan por una faceta poco conocida de la cultura maya.
No obstante, una vez en suelo salvadoreño a los turistas se les puede pasar el humor apocalíptico. Los habitantes locales no dejan que cunda el pánico y se toman con filosofía la llegada del denominado Baktún, pues para ellos un final no es más que una buena razón para un nuevo comienzo.
La polémica interpretación del calendario maya se asocia con más predicciones de otras culturas. Aunque la antigua civilización indígena, propone un cambio de era desde el ámbito espiritual. Así lo explica el embajador de Guatemala en Rusia, Estuardo Meneses Coronado.
"Se han asociado hechos que se han manifestado en otras culturas o que Nostradamus asociaba con las diferentes alineaciones planetarias... La cosmovisión maya indica que cada 5200 años se cambia una era sin llegar al cero sino a una nueva etapa de la humanidad", comentó el embajador.
El doctor en historia y especialista de esta cultura, Dimitri Beliáef, considera que el mito del fin del mundo es una especulación de la época moderna que no conoce la historia a fondo.