El sacerdote, indignado por él considera como conducta desahogada y vestidos provocadores de las mujeres de su comunidad, redactó un extenso mensaje que pegó en el tablón informativo al lado de la puerta del templo de San Terencio. Lo tituló 'Mujeres y uxoricidio' y aunque no hablaba mucho sobre casos de asesinato, sí se refería al aborto y se centraba en la motivación sexual del machismo, conducta que justificaba íntegramente.
Si los hombres no sienten nada frente a una mujer desnuda, son homosexuales, insistió el cura. Afirmó que no cree que sean los hombres quienes hayan "enloquecido" en el mundo de hoy, sino que las mujeres “provocan cada vez más, se vuelven arrogantes, se creen autosuficientes y acaban por exasperar las tensiones”.
Las mujeres provocan cada vez más, se vuelven arrogantes, se creen autosuficientes y acaban por exasperar las tensiones”
Los vestidos ceñidos, sin embargo, son la menor de las preocupaciones del párroco Corsi. “¡Cuántas traiciones se consuman en los lugares de trabajo, en los gimnasios y los cines! Podrían evitarlo, pero no; desatan los peores instintos y luego se llega a la violencia o al abuso sexual”, exclamó.
Reacción inmediata
La protesta de los parroquianos contra este ‘regalo navideño’ no se hizo esperar. Las asociaciones feministas enviaron numerosas cartas expresando su indignación. Entre los destinatarios incluyeron al primer ministro de Italia, Mario Monti, y a las autoridades eclesiásticas a quienes pidieron que destituyan al cura machista.
El obispo de la diócesis de Spezia, Luigi Ernesto Palletti, condenó las expresiones del sacerdote y el manifiesto fue retirado de la pared. Sin embargo, la gran repercusión que tuvo el caso en la sociedad instiga a varios políticos a exigir una condena más dura para el párroco, ya que su postura es “inaceptable”.