El incidente se produjo una semana después de la masacre en Connecticut y los gestos del menor podían paracer inoportunos, pero el abogado del menor Robin Ficker insiste en que la reacción de la escuela fue innecesariamente dura.
"Ellos podrían haber llamado a su madre, pero no hicieron. Solo dijeron que está expulsado. Durante los proximos cinco años uno podrá leer en su expediente que amenazó con disparar a uno de los alumnos", denuncia el abogado.
A pesar de que el niño ya cumplió el castigo, la decisión, según la misma carta de la escuela, puede ser apelada en los 10 días posteriores al incidente. Para este martes, día que los alumnos retoman las clases después de sus vacaciones de invierno, la escuela había previsto una reunión para discutir lo sucedido.