La esperanza de El Salvador: recuperar a los niños desaparecidos en la guerra civil

Han pasado 20 años desde que la guerra civil en El Salvador terminó. El conflicto se cobró numerosas vidas y miles de niños fueron despojados de sus familias, y a día de hoy siguen desaparecidos.

En los años ochenta este país centroamericano fue escenario de sangrientos enfrentamientos. Las tropas regulares y los paramilitares, que luchaban contra el Frente Farabundo Martí, practicaban la denominada estrategia de tierra arrasada. Su objetivo era reducir a ruinas las poblaciones que consideraban como "bases sociales de la guerrilla". Durante estos operativos muchos niños fueron separados de sus padres a la fuerza, la mayoría eran menores de 7 años y provenientes de familias campesinas.

"Él era morenito, bien vivo el niño. Yo cuando sueño veo que lo estoy chineando aquí [cargar en brazos]. ¿Dónde está?, no sé. El dolor lo llevo acá, son 30 años de no ver a mis hijos… para mí es bien duro", confiesa entre lágrimas María Inés Durán, una madre a la que le arrebataron a sus dos hijos.

Muchos niños fueron adoptados en otros países tras ser separados de sus padres. Gran parte de ellos acabaron en Estados Unidos e Italia, algunos fueron a parar a Francia, Bélgica, Honduras, México y Guatemala. A pesar de la complejidad de las pesquisas, centenares de familias consiguieron reencontrarse.

Gregoria Contreras fue arrancada de los brazos de su madre por los paramilitares cuando tenía cuatro años. No fue hasta después de más de veinte años, en 2006, que pudo volver a verla. En agosto pasado incluso dio con el paradero de su hermano menor.

Miles de salvadoreños a los que les robaron la niñez siguen soñando con conocer sus raíces. Su búsqueda a gran escala comenzó en cuanto se firmaron en 1992 los acuerdos de paz. No obstante, este proceso no fue respaldado por el Gobierno. En 2005 la Corte Interamericana de Derechos Humanos impuso una condena al Estado salvadoreño por no llevar a cabo las investigaciones pertinentes al respecto. No obstante, los activistas de este país aseguran que la justicia triunfó tan solo en el papel.