Según explica Vanderlei Batista, del Partido Laborista Brasileño (PTB), su decisión de llegar al ayuntamiento el 1 de enero para tomar posesión del cargo montado en un burro se debe a un debate durante la campaña electoral. Durante un programa su oponente le llamó 'burro'. A partir de entonces, Batista empezó a utilizar este 'título' para ganar votos, incluso fabricó camisetas con la imagen de este animal y empezó a venderlas. "Me han llamado estúpido en un debate que hicimos en una radio. Y yo hice una promesa de que si ganaba las elecciones, entraría en burro", precisa.
Una vez anunció su decisión, las autoridades judiciales locales le prohibieron que lo hiciera. Incluso ordenaron localizar y confiscar todas las camisetas con el burro. Decretaron que tal actitud compromete y satiriza los principios democráticos. El 1 de enero no desplegaron policías en la zona y nadie impidió el paso de Batista hacia el ayuntamiento, pero dos días después, el 3 de enero, la jueza Luciane Glesse solicitó del Ministerio Público Electoral que mueva una causa penal contra el alcalde.