Los pasajeros de un vuelo de Qantas vieron con horror cómo la serpiente luchó contra las ráfagas de viento y temperaturas bajo cero.
“Me sentí muy triste por ella, realmente”, dijo Robert Weber, uno de los pasajeros que grabó la escena.
“Cuando aterrizamos miré por la ventana y todavía se movía”, agregó. Por desgracia, cuando el personal de tierra fue a rescatarla, la serpiente ya había muerto.