Mientras tanto, el soldado charlaba con su amigo, quien grababa toda la escena, y bromeaba: “Me siento aliviado, ahora que no me volverá a despertar en mi cama…”.
La historia, no obstante, no tuvo un final feliz. El ratón ya estaba a punto de perderse entre las hojas, cuando un halcón en busca de su desayuno se lanzó sobre él y se lo llevó entre las garras.
El joven no podía creer lo que veían sus ojos: “No, oh, ¡no!, ¿me estás tomando el pelo? No duró ni cinco minutos… soy una persona terrible” acertó a decir el joven mientras asistía a una lección gratuita de la naturaleza.