Bolivia abandonó la Convención antidroga debido a que su artículo 49 veta el mascado de coca, una práctica ancestral de buena parte de la población boliviana, especialmente entre los indígenas y campesinos, y que es defendida por la Constitución nacional de Bolivia promulgada en 2009.
En 2011 el presidente boliviano Evo Morales envió una carta a la ONU, en la que solicitaba la readmisión de Bolivia a la Convención, con la condición de que se permita el mascado de hojas de coca
en el país.
La solicitud del Gobierno boliviano fue aceptada, ya que solo 15 países se opusieron al hecho, mientras que para bloquear la readmisión haría falta la objeción por parte de un tercio de los Estados miembros de la Convención, es decir, de 62 países.
La ONU, sin embargo, planteó una excepción, por la que se podrá realizar esta actividad sólo dentro del territorio de Bolivia.
El periodista Guimer Zambrana opina que con sus demandas Bolivia pretende expandir la industrialización de los productos procedentes de la hoja de coca, que hasta ahora no han encontrado un buen mercado en el país.