El acto duró una hora y media desde el ingreso en las estaciones Refinería y Chapultepec, que fueron los puntos de partida.
La única condición para los participantes era llevar una ropa interior divertida durante su paseo en el metro. Los voluntarios concluyeron la acción reuniéndose en el céntrico Monumento de la Revolución, a donde ya llegaron vestidos.
Según los organizadores, el objetivo es que el viaje en el transporte subterráneo pase de ser algo rutinario a una caminata divertida y alegre y, además, promover la tolerancia.
En México llevan ya tres años consecutivos celebrando el evento, que es parte de un movimiento internacional.