Así, por ejemplo, Mohamed Kamal Mustafa, autor del libro 'La mujer en el Islam', cree que una mujer debe ser apaleada. A ser posible con un palo no demasiado grueso, ya que los golpes -sostiene- deben causarle en primer lugar "no un sufrimiento físico, sino espiritual". El autor del 'estudio' recomienda que los hombres "golpeen las partes sensibles del cuerpo: cara, pecho, abdomen, cabeza, y así sucesivamente".
Otro 'experto' en relaciones familiares, el doctor Ghazi Al-Shimari, de Arabia Saudita, no está de acuerdo con su colega, y considera que pegarle a una mujer en la cara en ningún caso es admisible, mientras que los demás golpes han de ser suaves y blandos. Además, según Al-Shimari, el marido debe sin falta informar a su esposa sobre cuántos golpes le va a propinar. Este psicólogo 'liberal' cree que en algunos casos se podría castigar a su mujer incluso con un cepillo de dientes y objetos pequeños similares, pero nunca con un cuchillo, plato o botella.
Los autores creen que la violencia física no debería ser aplicada a todas las mujeres, sino a aquellas que lo perciban "de modo normal".