La Autoridad de Seguridad Alimentaria de Irlanda (FSAI) realizó pruebas durante dos meses en hamburguesas supuestamente de ternera vendidas por varias cadenas de supermercados en el Reino Unido.
Un total de 27 productos diferentes han sido analizados. En 10 de ellos se encontraron rastros de ADN de caballo, y en 23 ADN de cerdo.
Las autoridades sanitarias irlandesas confirmaron que han iniciado una investigación para indicar cómo llegó la carne equina a las hamburguesas, aunque las primeras sospechas apuntan a un simple "accidente".
Los supermercados ya retiraron de la venta las hamburguesas del 'escándalo', pidieron disculpas a los clientes y afirmaron su voluntad de participar en las investigaciones.
Los funcionarios sanitarios aseguran que no hay riesgo para la salud humana. Los clientes que compraron las hamburguesas afectadas recibirán una compensación.
Comer carne de caballo en el Reino Unido durante las últimas decadas ha adquirido una connotación negativa básicamente por la actividad de movimientos que promueven una mayor protección y bienestar de los animales.