Alex explicó que había indicios de que en la caja hubiera algún tipo de 'fuerzas malignas', y por eso la destruyó con su granada imaginaria. "Intentaba salvar a la gente y no puedo creer que me hayan expulsado", confesó el niño.
Intentaba salvar a la gente y no puedo creer que me hayan expulsado"Su madre opina que "el castigo no es proporcional a la falta, si se puede llamar así al comportamiento de Alex".
En los últimos meses, ya se han registrado varios casos parecidos en centros educativos estadounidenses tras la escalada de la polémica sobre el uso de armas en el país. En enero, una alumna de cinco años del estado de Pennsylvania fue expulsada de su jardín de infantes por 'dispararle' a una amiga con su pistola de agua. La administración encontró en su actitud una "amenaza terrorista".