‘Negra cubana tenía que ser’ es el título del blog de Sandra Álvarez Ramírez, una cubana de 38 años. Este espacio en Internet es más que la posibilidad de compartir sus opiniones: es un verdadero instrumento de lucha contra la discriminación social. “En Cuba hay una frase que dice que 'tenía que ser negro' o 'tenía que ser negra', cuando una persona de identidad racial como la mía, tiene una conducta esperada”, dice la bloguera feminista.
Sandra pertenece a ese 30% de la población local que conforman mestizos o negros. Según la Constitución del país, todos los ciudadanos tienen los mismos derechos, pero algunos afrocubanos afirman que su color de piel les puede crear obstáculos en la vida.
Aunque la esclavitud en la isla caribeña fue abolida hace casi 130 años, hasta 1959 existían zonas en el país en donde un afrocubano no podía entrar.
“Es la realidad, pasan siglos, y aunque la sociedad y las políticas públicas tiendan a ir poco a poco eliminándolas y aunque jurídicamente no exista constitucionalmente ningún elemento de discriminación, la discriminación pasa por otros canales”, indica Antonio Aja Díaz, sociólogo y director del Centro de Estudios Demográficos. Según él, pasa por el canal de la identidad, de la subjetividad, de la acción de los individuos, y “por ahí eso puede tener diferentes manifestaciones”.
Tras la revolución, la situación fue evolucionando hasta el punto de que hoy en día un 40% del actual Parlamento está constituido por personas negras o mestizas.
Los expertos destacan que la discriminación racial en la isla no es un problema tan agudo como en otros países, como por ejemplo EE.UU. La explicación, aseguran, está no sólo en las leyes de la isla caribeña, sino en su propia historia.