50.000 dólares es el montante de los pagos que la administración acepta desembolsar siempre y cuando alguno de los estudiantes exprese su voluntad de cambiar de sexo.
Al adoptar la histórica decisión, la presidenta de la corporación educativa privada, Christina Paxson, mostró su entendimiento de lo importante que es el tema para algunos de los jóvenes. "Afecta tanto a su estado de ánimo, como a sus progresos en el aprendizaje", precisó su portavoz.
Dado que todas las compañías aseguradoras en EE.UU. toman por cirugía estética o plástica las intervenciones encaminadas a cambiar de género, ninguna de ellas aceptó incluir este tipo de asistencia médica a un seguro. Por eso la decisión era distribuir la subvención, una vez solicitada, entre los pagos de matrícula.
La suma deberá cubrir, según cree la administración de la Universidad Brown, no solo la retirada de órganos y formación plástica de otros, sino también la posterior hormonoterapia y otros métodos de tratamiento y rehabilitación.
La comunidad universitaria de lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero no pudo proveer datos que revelen cuántos estudiantes han cambiado de sexo en Brown. Pero sus representantes admiten que algunos por falta de dinero tienen que tardar hasta diez años en pasar por todos los procedimientos necesarios para cumplir con su objetivo de transformarse en un hombre o una mujer.