Escándalos relacionados con negligencias médicas sacuden el Reino Unido

Uno tras otro los escándalos médicos sacuden el Reino Unido, revelando que la negligencia médica se cobró la vida de más de mil pacientes británicos.
Gary Walker, funcionario del Sistema Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés), tuvo que abandonar su puesto después de revelarle a su jefe que la negligencia médica constituía una amenaza para la salud de los pacientes.

La investigación nacional constató que esas advertencias del médico fueron ignoradas o silenciadas. Gary Walker, ex director médico de uno de los hospitales de Lincolnshire, abandonó su puesto y en 2010 le pagaron unas 500.000 libras (776.000 dólares) a cambio de mantener silencio sobre las negligencias médicas en el Sistema Nacional de Salud. Según Walker, el NHS no está interesado en la salud de los pacientes.

"Yo podía perder el trabajo. Tengo niños que mantener. Hay una cosa que debe recordar: si ataca al NHS, todo puede finalizar dramáticamente", así explica Walker por qué aceptó el soborno.

Negligencia que le costó la vida a más de 1.000 pacientes


La revelación del caso de Walker casi coincidió con otro escándolo médico que conmocionó al país. La Policía británica va a abrir una investigación criminal sobre el escándalo del Hospital de Staffordshire, después de que el 6 de febrero el abogado especialista en negligencias médicas Francis Robert hiciera públicos los resultados de una investigación sobre este centro hospitalario donde casi 1.200 pacientes murieron a causa de condiciones insalubres y falta de agua y comida entre 2005 y 2009.
Los pacientes ancianos se quedaron sin alimentar o lavar"

Francis Robert realizó una investigación que costó 13 millones de libras (20,1 millones de dólares) entre 2010 y 2012 estudiando las evidencias de 160 testigos.

El informe de 3.000 páginas constata un control inadecuado del dolor por falta de analgésicos y la existencia de personal médico insuficientemente cualificado. Las enfermeras del centro no estaban lo suficientemente cualificadas y médicos sin experiencia estaban a cargo de pacientes críticos, tenían lugar situaciones en las que el personal de recepción era el que decidía si un enfermo ingresaba o no en cuidados intensivos.

"Los pacientes ancianos se quedaron sin alimentar o lavar. Fueron privados de dignidad y respeto. Algunos pacientes tuvieron que hacer sus necesidades en la cama, al no ofrecerles ayuda para ir al baño", explica el abogado.

El primer ministro británico, David Cameron, se vio obligado a pedir disculpas ante el Parlamento británico por las "verdaderamente espantosas" negligencias que se produjeron en el centro médico.