“No tengo palabras para describir esta conexión”, comenta por su parte Erin Roberts, de 32 años y residente de Seattle (EE.UU.), quien agrega que ella se enamoró a primera vista de Rabinowitz.
El hermano de Erin, Kellen Roberts, murió en marzo del 2005 al golpearse la cabeza contra una roca mientras realizaba un viaje de campamento en Dakota del Sur.
En ese mismo momento en la vecina Minneapolis, Rabinowitz, que entonces tenía 17 años, se encontraba al borde de la muerte esperando un corazón.
La intervención quirúrgica en la que a Rabinowitz se le realizó el trasplante fue un éxito y el joven recibió una segunda oportunidad en la vida. Al salir del hospital quiso saber acerca de la persona, cuyo corazón ahora latía en su pecho, y agradecer por este regalo a su familia.
Simplemente no me cabe en la cabeza: saber que una parte de quien amabas tanto continúa viviendo. No es un metáfora, mi hermano consiguió regalar la vida a otra persona y un nuevo amor”
"Fue el mejor día de mi vida, pero también me sentía como una mierda (…) Alguien tenía que morir para conseguir este corazón”, dijo Rabinowitz en declaraciones a la ABC.
Pero no fue sino hasta el 2010 que Connor y Erin se encontraron y fue entonces cuando entre ellos “surgió una chispa”, y después de varios meses de haberse conocido la pareja decidió casarse.
“Simplemente no me cabe en la cabeza: saber que una parte de quien amabas tanto continúa viviendo. No es un metáfora, mi hermano consiguió regalar la vida a otra persona y un nuevo amor”, comentó Erin.
Por su parte, Connor dijo que “quisiera que Kellen sepa lo mucho que le agradezco, por todo".