Al ver la sangre, los niños preguntaron a la profesora si podían tocarla y ella se lo permitió. “Entonces ellos le preguntaron cómo podían quitársela de las manos, ella se puso el dedo en la boca y los niños la imitaron”, ha explicado a Reuters la directora. “Los padres de los alumnos están muy alterados y conmocionados por lo sucedido”, ha relatado.
“Tras lo ocurrido, la profesora, que tenía un contrato temporal, fue sometida a pruebas de sida y de hepatitis B”, comenta Soemme Andersen. Los resultados de los análisis aún se desconocen pero las autoridades aseguran que el riesgo de la contaminación de enfermedades peligrosas es muy escaso.