Una comisión especial formada por representantes de varios ministerios llegó a la conclusión de que el país se verá obligado a tomar esta medida debido a la escasez de verdugos capacitados para degollar.
El Gobierno ha declarado que los verdugos sufren sobrecarga laboral y que a veces no tienen tiempo para ejecutar a todos los condenados. Se ven obligados frecuentemente a viajar "por cuestiones de trabajo" a otras regiones, lo que provoca demoras en las ejecuciones y genera, por consiguiente, "rumores malsanos". Cabe señalar que las degollaciones en este país, el único del mundo en el que se practica este tipo de ejecución, se efectúan con sable.
Según el Ministerio del Interior, la Fiscalía General ha dado permiso a los gobernadores provinciales para ordenar fusilamientos ante la escasez de verdugos capaces de ejecutar con sable.
El papel de la Constitución en Arabia Saudita lo interpreta el Corán, y los códigos de procedimiento penal y criminal los dictan las leyes islámicas. Según estas leyes, los delitos más graves deben ser castigados con la decapitación pública. Los fusilamientos, aunque existen, no son habituales. Normalmente en Arabia Saudita cada año son ejecutadas entre 50 y 100 personas.
El año pasado, las autoridades ajusticiaron a 76 personas condenadas por homicidios premeditados, asaltos armados y tráfico de drogas, según datos del Ministerio del Interior.