En EE.UU. unas 50.000 parejas homosexuales registraron ya su matrimonio. Sin embargo, conseguir el derecho a divorciarse resulta aún más complicado que casarse.
Mudanzas a los estados donde está prohibido el matrimonio homosexual o el reparto de las propiedades son algunos de los múltiples obstáculos para los divorcios.
El 26 y 27 de marzo la Corte Suprema de EE.UU. celebrará una audiencia para decidir si son constitucionales la Proposición 8, que eliminó el derecho de las parejas del mismo sexo a contraer matrimonio en el estado de California, y la Ley de Defensa del Matrimonio, una ley federal adoptada en 1996 que define el matrimonio como una unión legal entre un hombre y una mujer.
La legalización de los divorcios homosexuales dará a los gays los derechos de los que fueron desprovistos, afirmó Donovan en una entrevista con el periódico italiano 'La Repubblica'.
La situación actual puede ser comparada con la de hace 100 años cuando las parejas heterosexuales muy a menudo no podían divorciarse. Lo confirma el caso de la jubilada Margaret Wenig, una lesbiana estadounidense que decidió divorciarse de su mujer. El proceso judicial resultó para Wenig en la pérdida de todos sus ahorros con el dinero de su pensión. Según el abogado, las parejas gay que deciden oficialmente separarse son víctimas del sistema judicial.