El tratamiento empieza con la toma de un par de frascos de sangre del brazo del cliente, que luego se colocan en una centrifugadora para separar el plasma y las plaquetas de los eritrocitos. El plasma rico en plaquetas se vierte sobre la piel de la cara, que previamente ha sido pinchada como en una sesión de acupuntura para que absorba mejor la sangre.
Aunque no hay pruebas de que esta dolorosa y sangrienta cura combata el envejecimiento, los dermatólogos dicen que las plaquetas, que son una fuente natural de factores de crecimiento, pueden estimular la producción de colágeno, una proteína de la piel que mantiene el cutis de las mejillas firme y terso.
También aseguran que este tratamiento es inocuo porque utiliza los propios fluidos corporales del cliente.
Una sesión dura de 15 a 45 minutos y cuesta entre 1.000 y 2.500 dólares.
La 'socialité' y estrella estadounidense de 'reality shows' televisivos Kim Kardashyan se sometió a este procedimiento en uno de los últimos episodios de su 'show'.