La inmigrante rusa retiraba cada viernes sus ahorros del banco chipriota Hellenic Bank y los depositaba de nuevo en su cuenta todos los lunes.
La mujer hizo esto durante mucho tiempo siguiendo el consejo de su hijo, que le advirtió que la confiscación de fondos de cuentas bancarias solía suceder los fines de semana porque de esa manera se disponía de más tiempo para llevar a cabo las operaciones necesarias.
Habitualmente las grandes fusiones, adquisiciones y quiebras suceden los sábados y los domingos, según explicó la mujer a la prensa chipriota.
El pasado 15 de marzo, como cada viernes, la pensionista retiró su dinero del banco. Justo un día después, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional acordaron un plan de rescate de 10.000 millones de euros para Chipre, a cambio de la imposición de una tasa excepcional sobre los depósitos bancarios en la isla, una medida que suscitó una fuerte oposición social por parte de los chipriotas.
Desde la madrugada del sábado las entidades bancarias de Chipre permanecen cerradas y, según comunicó el Gobierno del país este miércoles, los bancos permanecerán cerrados hasta el próximo martes.
De este modo, la prudente pensionista no solo consiguió salvar sus ahorros, sino también evitar el pago de un impuesto que podrían ascender al 6,75%: el que podrían tener que aportar las cuentas de menos de 100.000 euros.