La subasta se llevó a cabo el 19 de marzo y alcanzó los 955 dólares por la venta del producto. Sin embargo, no todos aceptaron esta pieza de la manera positiva y muchos visitantes del sitio web consideraron la alfombra una falta de respeto a los animales, según informa Fairfax Noticias NZ.
Andrew Lancaster, que se mudó a Nueva Zelanda procedente de Inglaterra, dijo que esperaba recibir un montón de comentarios negativos de su trabajo, pero en general se mostró satisfecho con la reacción pública. Dijo que uno de los usuarios de TradeMe, que se consideraba a sí mismo un amante de los animales, calificó a su alfombra de gato como obra de arte.
La página web con el anuncio de la venta de la alfombra de piel de gato fue visitada 11.000 veces. Lancaster aseguró que no esperaba que su alfombra hecha con un animal doméstico ganara tanta popularidad, ya que no es la primera vez que el taxidermista expone sus obras en una subasta. A pesar de esta popularidad (o quizás por ella) el comprador del gato prefirió mantenerse en el anonimato.
Lancaster contó que siempre recogía los cadáveres de los animales que aparecían en su camino para crear alguna obra nueva y al encontrar el de un gato rojo en el bore de la carretera decidió llevárselo.
El taxidermista reconoce que antes nunca trabajaba con los cadáveres de gatos y perros porque pensaba que esto podía herir la sensibilidad de aquellos que están acostumbrados a tratarlos como a sus mejores amigos y considerarlos poco menos que 'hermanos menores' de las personas.
Andrew Lancaster se ganó su fama de extraordinario taxidermista por su colección de animales híbridos que combinan partes de cuerpos de animales diferentes. Entre las obras de Lancaster se encuentran una zarigüeya con cabeza de pollo, un pájaro con cabeza de muñeca o una muñeca con cabeza de conejo, entre otros.