Al saber que habían aparecido meteoritos en diversos lugares del mundo, contactaron con el geólogo Juan Carlos Gutiérrez Marco, del Instituto de Geociencias del CSIC (IGEO), que dijo que podría tratarse, efectivamente, de un objeto extraterrestre.
El estudio minerológico y geoquímico del ejemplar, completado recientemente por los investigadores Rafael Lozano y Jesús Reyes, del Instituto Geológico Minero de España (IGME), permitió establecer que el objeto celeste pertenece al grupo IAB de meteoritos metálicos.
A partir de los cortes realizados al ejemplar -explica Rafael Lozano-, se ha podido establecer que el meteorito contiene "minerales raros como troilita (sulfuro de hierro en nódulos) y schreibersita (fosfuro de hierro y níquel)", lo que sugiere que la caída del meteorito se remonta a tiempos prehistóricos.