Según estimaciones de algunos expertos, el año pasado la población de abejas en EE.UU. se redujo en un 50%. Normalmente, los apicultores pierden entre el 5% y 10% de sus colmenas en la temporada invernal. Sin embargo, en los últimos años los agricultores se han visto privados de más de la mitad de ellas en el mismo periodo del año.
De acuerdo con los científicos de EE.UU., se trata de un “colapso de las colonias de abejas” y lo más preocupante es que este proceso no solo se registra en el país norteamericano sino por todo el mundo.
La drástica caída del número de estos insectos podría conllevar en un futuro próximo consecuencias graves para toda la población del planeta. Los científicos advierten de que afectaría al sistema agrícola y causaría un aumento de la crisis alimentaria ya existente, ya que la mayoría de los cultivos son polinizados precisamente por las abejas.
De momento se desconocen las causas de su espectacular desaparición. Algunos apicultores creen que es la radiación de ciertos dispositivos electrónicos, sobre todo, de los teléfonos móviles, lo que afecta a los insectos, mientras que otros asocian su extinción con el uso de plaguicidas agrícolas.
La Comisión para el Control de la Seguridad Alimentaria de la Unión Europea (EFSA, por sus siglas en inglés) confirmó, por su parte, en un reciente estudio que la causa de la muerte en masa de las abejas en Europa es concretamente el uso de un tipo particular de fertilizantes llamados neonicotinoides. Según revelaron los expertos, los venenos contra las plagas afectan también a otros insectos dañando su sistema nervioso.